Eloísa Cabrera, en la que pide “un protocolo de actuación” para que los vigilantes y demás personal empleado público del monumento puedan actuar en casos como este en que estén en riesgo “la seguridad y la integridad de los bienes patrimoniales”. “Un trabajador debe informar a su empresa de las incidencias que observe en ejercicio de sus funciones, y es la empresa la que debe emprender las acciones que estime conveniente”, insisten.
Asimismo, desde Ustea se recuerda a la delegada “la falta de cobertura de las vacantes por jubilación total de dos vigilantes desde hace diez y cuatro meses respectivamente”, lo que, a su juicio, “afecta negativamente al funcionamiento regular del centro y merma objetivamente la seguridad del mismo e, indirectamente, la de su entorno”.
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