El mencionado empleado, según la sentencia inicial del juzgado, tenía “conocimiento de la obligación de acudir a apoyar al compañero de servicio que instase su intervención”, pero “en lugar de acudir a la tienda a prestar ayuda a aquel compañero que le requirió, decidió irse a los vestuarios para coger de la taquilla un bote de crema de manos.
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