Esos Desconocidos Servidores de la Sociedad

Esos Desconocidos Servidores de la Sociedad

En varias ocasiones he manifestado que el colectivo de la Seguridad Privada necesita ser reconocido por la sociedad. Para conseguirlo, se hace imprescindible tener presente las auténticas labores que realizan a fin de garantizar la seguridad y la salud de la población. La colaboración diaria con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como personal «auxiliar» de estos, es la base nuclear de su trabajo, pero no es la única.

Dentro de este colectivo al que me he referido, los Vigilantes de Seguridad, permanecen en contacto, casi permanente, con los ciudadanos. Aunque no son los únicos profesionales que tienen dificultades para disfrutar de las Fiestas Religiosas Tradicionales, sí que los V.S. sufren de un mayor sentimiento de desamparo y de soledad, en esos períodos de lúdico descanso.

Es cierto que, la contratación de Vigilantes de Seguridad, aumenta en estas fechas místicas y vacacionales motivado por la aglomeración de ciudadanos que se desplazan a zonas concretas del país. A esto se unen los servicios ocasionales por el cierre temporal de las empresas en Semana Santa. Pero, lo que aparentemente es beneficioso para el personal operativo, la realidad es que, esa ampliación de servicios, se cubren mediante contratos precarios o reestructuración de un cuadrante de servicios que sitúa al personal de seguridad en la cuerda floja de la legalidad.

Mientras la población disfruta de estos períodos vacacionales, a pesar del coronavirus, lo habitual es encontrar V.S. de servicio en centros públicos y privados de toda índole. Los complejos hoteleros, las urbanizaciones familiares utilizados para las vacaciones, y centros comerciales, registran el mayor número de horas de servicio, junto a las estaciones de transportes, puertos, aeropuertos y algunas instalaciones fronterizas, pues a pesar del Acuerdo de Schengen, “haberlas hailas”.

Al mismo tiempo que ocurre lo anterior, se mantienen los servicios habituales en empresas de montaje, de logística, en centros de “MENAs” y de acogida de inmigrantes; en hospitales; en Centros de Salud y de Vacunación, en edificios y centros oficiales, en las playas, y en los escasos espectáculos, aunque sea al aire libre, por citar sólo algunos de los lugares donde prestan servicio las 24 horas.

El ejemplo más patente del “Servicio Público” que realiza el personal de Seguridad Privada es posible tomarlo de lo sucedido la pasada semana en Almonte, Huelva. En esta bella localidad, se necesitaba cubrir 31 servicios extraordinarios de la Policía Local, durante esta Semana Santa. Pero, «solo se han cubierto 11», según han manifestado desde el propio equipo de gobierno almonteño a diferentes medios de comunicación. Para cubrir los restantes 20 servicios, no se dudó en recurrir a la contratación de Vigilantes de Seguridad, con el fin de que la afluencia de turistas y de servicios locales no se viera interferido. Y no se trata del único caso de este año.

En definitiva, que los V.S. atienden cada día a miles, o quizás millones de personas, de personas tanto nacionales como foráneas. Muchas serán turistas o inmigrantes, pero también se trata de trabajadores que, al igual que los V.S., tampoco han podido disfrutar de estas fechas religiosas y lúdicas.

La implantación de protocolos de seguridad en los centros de trabajo, en comercios, y en la vida social en general por la pandemia, ha provocado que los profesionales de la seguridad privada se encuentren desarrollando sus funciones en una “zona de riesgo” por contagio, malamente definida, cuando no desatendida por las autoridades civiles.

A pesar de la negativa del gobierno y del ministerio de Sanidad para incluir a los Vigilantes de Seguridad dentro del “grupo 6-A” de personal prioritario para recibir las vacunas contra el covid-19, la labor del personal de seguridad privada, en beneficio de la población, no ha decaído por esta circunstancia ni por ser una semana de alto contenido religioso y lúdico-vacacional del que, por lo general, no pueden disfrutar de forma regular.

Cambiar una apreciación negativa de la población no resulta fácil de llevar a cabo. El olvido permanente del gobierno por remediar esta cuestión es escandaloso, máxime cuando lleva un año mirando hacia otro lado, en un juego macabro con la salud de los trabajadores.

Corresponde a los propios Vigilantes de Seguridad, demostrar su profesionalidad día a día, sin desfallecer, hasta lograr ese reconocimiento que tanto merecen como colectivo profesional. Pero, ¿Cómo es posible que las empresas de seguridad tengan la consideración de “Empresas Esenciales” desde la activación del Estado de Alarma, pero el personal operativo de estas empresas no lo tenga?

Saludos y Gracias por Estar Ahí

Rafa Montilla