La seguridad cibernética y la seguridad física crecieron en tiempos diferentes y mundos distintos. De hecho, mucho antes de que la transformación digital fuera ni siquiera un concepto, la seguridad física ya había marcado territorio en el mundo corporativo y cumplía su misión: proteger a personas, edificios y otros activos de las empresas.
Luego, a medida que el mundo de los negocios empezó a depender cada vez más de la tecnología de la información, la seguridad digital comenzó a marcar músculo en su propio territorio.
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