Con la llegada del final de año, es habitual que algunos empleados cobren un salario menor en sus nóminas de noviembre y diciembre respecto al resto del año. Esto se debe a la regularización del IRPF que las empresas realizan sobre sus trabajadores. Aunque no es obligatorio, este ajuste busca adelantar dinero para la próxima la declaración de la renta, evitando que en el momento de presentar el borrador (si estamos obligados) esta nos salga a pagar, es decir, que tengamos que darle más dinero a Hacienda.
Ver noticia completa: huffingtonpost.es