Tradicionalmente los vigilantes sufren de soledad en su profesión. La mayoría de las veces, se trabaja de noche y en esos lugares solitarios, sin comunicación directa con otros compañeros, la magia y la fantasía, suplen las necesidades sociales. Compartir experiencias, aprender y lograr apoyo se convierten en anhelos. Y, de ellos, surgen los sueños que, como simientes en primavera, florecen entre la añoranza de lejanos compañeros de profesión y los deseos de mejora.
Todo proyecto conlleva mucho trabajo, tiempo y dedicación. A comienzos del año 1605, el insigne escritor D. Miguel de Cervantes y Saavedra, después de varios años en la cárcel Real de Sevilla, logró publicar la primera parte de la obra más leída y traducida de toda la historia de la literatura, después de la Biblia católica, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Obra sublime donde las haya, es un magnífico y divertido compendio sobre la persecución de los sueños y de la ilusión.
Los sueños son algo extraño que, aún hoy día no entendemos bien, pero que anima y motiva la consecución de grandes proyectos, que en apariencia no tienen probabilidad de tomar forma real. ARSEPRI es uno de esos proyectos con origen curioso, casi místico que, en palabras de su actual presidente Patxi, «lo que empezó siendo un sueño se está convirtiendo en una realidad».
La tecnología en sí misma no es buena ni mala. Depende de la utilización que se haga de ella. En ocasiones, como ocurre con nuestra historia, se convierte en un lugar de encuentro. En un cruce de caminos vitales que dan origen a grandes sendas de ilusión. Por tres de estos caminos tecnológicos, más conocidos como grupos de Telegram, deambulaban otros tantos corazones inquietos hace apenas tres o cuatro años.
De la unión de tres incipientes grupos de comunicación entre vigilantes de seguridad surgió el “Área de Seguridad Privada”. En poco tiempo, llegó a convertirse en el mayor canal de comunicación entre personal de la seguridad privada en Telegram. Pero, los sueños, como espacios de fantasía que son, en ocasiones necesitan del auxilio de la ilusión para recorrer el largo y sinuoso recorrido hasta su mayoría de edad.
Como nos enseñó el barón Pierre Fredy de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, «lo mejor que tienen los sueños es que se pueden hacer realidad». Y, la ilusión, suele aparecer en ese momento justo en que los sueños la necesitan, como apoyo para convertirse en realidad. Como “Hija de la Sueños y de la Ilusión”, la Asociación de profesionales de la seguridad ARSEPRI fue alumbrada el 21 de junio del año 2019, por iniciativa de Miguel Ángel L., Patxi B., Luis Mario R., José Alberto C. y Francisco Javier S.
A partir de aquí, como suele decirse, el resto es historia. Con la ilusión que les embarga, los anima, y los empuja a diario, el antiguo reto colectivo crece día a día. En cierta ocasión, el imaginativo emprendedor de la animación, Walt Disney, explicó que gran parte de su éxito se debía a que «Puedes crear, soñar y diseñar el más hermoso lugar en el mundo, pero necesitas gente para hacer tu sueño realidad».
Sintiendo que ilusión se construye poniendo un pie en el ahora y otro en el mañana, la asociación ha crecido, con socios, amigos y colaboradores, hasta abarcar casi la totalidad del territorio nacional. Gracias a una estrecha colaboración de las 5 personas que componen actualmente la Junta Directiva, se avanza firmemente en la consecución de los objetivos marcados.
Como no podía ser de otra manera, los colaboradores, de forma desinteresada y voluntaria, dedican su tiempo libre y sus conocimientos, para engrandecer la asociación ARSEPRI, convertida hoy día, no sólo en cruce de caminos, sino en la casa de acogida del colectivo de Vigilantes de Seguridad.
Superados los 1800 socios cuando escribo estas líneas, sus ideas; críticas y sugerencias a las iniciativas puestas en marcha desde ARSEPRI, arropan el trabajo diario y mantienen viva la ilusión. Por esto, “TODOS” merecéis ser recordados y recibir “albricias mil” desde estas líneas junto a los colaboradores, directivos y socios por el trabajo y apoyo recibido.
Sin embargo, nombraros a todos, como correspondería, convertiría este artículo en un mamotreto ininteligible. Por ello os invito a contemplar la estructura de esta asociación en auge, como vuestra casa que es, a través del organigrama que adjunto, pues da fe de la realidad comunitaria y sobre todo profesional, de este «sueño hecho realidad».
En definitiva, si bien es cierto que todo nuevo proyecto conlleva su dosis de atrevimiento y valentía, también lo es que la persecución de los sueños no suele ser un camino de rosas. Y este sueño, ARSEPRI, no ha sido una excepción. Ponerlo en marcha y avivar las calderas de la constancia, conlleva grandes dosis de «sacrificio y de dedicación» que permiten soportar lo que el propio Patxi define como «embates y palos en las ruedas», principal causa de «las bajas en la asociación por exceso de trabajo», como ya ocurrió con tres de los socios fundadores.
Mediante este sencillo artículo de homenaje al colectivo de los Vigilantes de Seguridad y a la encomiable labor realizada desde ARSEPRI, se inaugura un nuevo rincón en esta casa. Desde estas páginas, con rigor periodístico, la opinión; la crítica constructiva; la información; la formación y el análisis de la realidad del colectivo de la Seguridad Privada, se cogerán de la mano en este naciente cruce de caminos.
Juntos, en definitiva, podremos buscar la consecución de aquellos sueños originarios que conformaron el proyecto profesional de ARSEPRI pues, como dijo el dramaturgo y escritor Paulo Coelho de Souza, «Sólo una cosa vuelve un sueño imposible, el miedo a fracasar». Y ese pensamiento no tiene cabida dentro de esta joven asociación profesional.
Saludos y gracias por estar ahí.