Los individuos coincidieron en el centro de salud a la misma hora y fue entonces cuando las familias, con personas de entre 20 y 65 años, perdieron los papeles y empezaron a propinarse golpes. El descontrol se apoderó de la sala bajo la mirada de los allí presentes que huyeron del lugar al ver a los implicados con utensilios de todo tipo. En ese momento, el vigilante de seguridad intentó separar a las familias, sin embargo, se vio obligado a desistir.
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