Su método consiste en blindar las puertas de acceso a la vivienda okupada. Varios de estos empleados de seguridad privada cercan la zona y se sitúan con sus leales animales controlando la entrada de vecinos. En el momento en que los okupas salen, difícilmente podrán volver al inmueble. Ni que decir tiene que los malinois imponen. Sanz aclara que “los perros sólo son utilizados como elemento disuasorio o de defensa ante un okupa violento, pero no son lanzados al ataque en ningún momento”.
Para leer más: libremercado.com