La NBA se ha tomado en serio los nuevos protocolos de salud, en los que el contacto físico entre jugadores rivales ha quedado muy limitado. Así y viendo que no se respetan en muchas ocasiones, la Liga ha trasladado a sus equipos que, desde este mismo jueves, algunos de sus guardias de seguridad deben colocarse en mitad de la pista para impedir que jugadores de equipos distintos se abracen, estrechen las manos o conversen sin respetar la distancia mínima.
La pandemia de COVID-19 continúa descontrolada en Estados Unidos y los positivos en la NBA van en aumento. La Liga ya se ha visto obligada a suspender 16 encuentros. El último ha sido el Blazers-Grizzlies que iba a disputarse dentro de unas horas. Después de los rastreos de contactos llevados a cabo, el equipo de Memphis no dispone de los ocho jugadores que requiere la competición para poder jugar.
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