Una de las luchas anuales de Renfe es contra el vandalismo grafitero. En 2022, el operador ferroviario afrontó que las pintadas y desperfectos por hechos vandálicos en los trenes generara un coste de 25,2 millones de euros, lo que supondría unos 69.000 euros diarios, según ha informado en un comunicado la empresa.
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