Mediados de agosto de 2017 en Son Sant Joan. El aeropuerto es un hervidero de turistas que van y vienen de sus vacaciones en Mallorca. Un joven francés de 25 años llega a la puerta de embarque para coger el avión que le llevará de vuelta a su país. Pero esa noche no dormirá en su casa, sino entre rejas. Y pasará toda la semana en prisión por destrozar un ordenador del mostrador, entrar por la fuerza en el avión y emprenderla a patadas y puñetazos contra tres guardias civiles y un vigilante que pretendían sacarlo. Y todo por haber perdido la tarjeta de embarque.
El joven ha sido condenado ahora a un año y cuatro meses de cárcel y pagar varias multas e indemnizaciones por aquel día de furia. Eran las ocho y cuarto de la mañana del 17 de agosto de 2017 cuando el turista llegó a la puerta D94 del aeropuerto de Palma. Tenía un problema: había extraviado su tarjeta de embarque. El personal de la compañía aérea le informó de que debía esperar a que pasaran el resto de pasajeros.
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