El valor del stock es enorme. Muchos millones de euros que son vigilados cada día por seguridad privada y un sistema de videovigilancia. Pero nunca hasta que no llegó la vacuna se había visto allí a la Policía las 24 horas del día. Tampoco a dotaciones específicas de la Guardia Civil escoltando a furgonetas de reparto. Todo es nuevo para ellos.
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